QUÉ DEBEMOS SABER A LA HORA DE ELEGIR UN GEL DE BAÑO
A un buen gel de baño se le suele exigir mucho: se le pide que lave nuestra piel y la hidrate a la vez, lo cual ya es en sí un poco contradictorio.No olvidemos que el componente principal de los geles de baño suele ser el detergente, que no deja de ser un agente irritante. Y, por si fuera poco, pretendemos que tonifique, no irrite y que huela bien.
. El gel de baño ideal debe limpiar eficazmente, eliminando la suciedad de la piel, así como reducir el mal olor corporal.
. Debe tener un PH neutro, cercano al 5’5, que es el natural de la piel, con el fin de no resecarla. No olvidemos que un PH muy por encima o por debajo del neutro, podría provocar un efecto rebote en nuestra epidermis, resecándola o bien volviéndola grasa, con la consecuente aparición de granitos, impurezas…
. Desconfía de los geles que producen demasiada espuma. Muchos geles, a consecuencia de las sustancias suavizantes y lubricantes, como siliconas o algunos tensioactivos, pueden dar una sensación de hidratación pero, en realidad, no es más que eso, una sensación, y no una hidratación real de la epidermis. También suelen añadirles otros ingredientes, como conservantes, espesantes, colorantes... para lograr un producto más atractivo.
. La textura del gel de baño debe poder aclararse con facilidad. Además, esa falsa sensación de hidratación corporal a causa de ciertos aditivos suavizantes, pueden dejar, más que hidratación, sensación de grasa, lo cual puede conllevar la proliferación de bacterias y, como consecuencia, granitos, dermatitis…
En definitiva, yo lo tengo muy claro: a la hora de escoger un gel de baño diario, yo me dejo de sensaciones placenteras. Eso ya lo añadiré yo después , a base de aceites o lociones enriquecidas, con el fin de proteger el manto ácido de la piel.