ACEITES DE BAÑO Y DUCHA, EL EQUILIBRIO PERFECTO ENTRE LIMPIEZA E HIDRATACIÓN
La pereza fue la responsable de que descubriera los aceites de ducha. Así como suena. Y es que, os voy a confesar un pequeño secreto: a pesar de la férrea disciplina que me suelo imponer en cuanto a cuidados faciales y corporales se refiere, a veces la falta de tiempo, las prisas o, simplemente, la pereza, me hacen sucumbir. Es entonces cuando un producto multiusos, a los que no soy muy aficionada – soy de la opinión de que muchas acciones en un solo paso no consiguen los mismos resultados – te puede solucionar la papeleta. Así fue como comencé a utilizar aceites de ducha, capaces, en un solo gesto, de limpiar en profundidad e hidratar la piel.
Los aceites de ducha y baño forman, sin duda, un tandem perfecto de hidratación y limpieza, ya que, a la vez que limpian suavemente la piel, aportan lípidos, nutriendo la piel, respetando el manto hidrolipídico. Estos productos son muy adecuados para las pieles muy secas, e incluso atópicas, ya que restauran intensivamente la sequedad, eliminando, a su vez, la sensación de tirantez.