El malvavisco es una planta muy conocida desde la antigüedad por sus múltiples usos medicinales. Crece en zonas húmedas y puede llegar a alcanzar el metro y medio de altura. Su principal componente es el mucílago, presente principalmente en su raíz, aunque su tallo y flores también se aprovechan por sus numerosas propiedades.
Es un excelente protector de las mucosas, ayudando a expectorar y, por otra parte, a calmar la tos seca. Los gargarismos con la infusión de malvavisco ayudan a combatir aftas, llagas y encías sangrantes. Esta poderosa hierba es también un remedio natural para evitar el estreñimiento y el síndrome de colon irritable, gracias a su efecto laxante y antiinflamatorio.
Todo esto, en cuanto a sus usos medicinales. Sin embargo, desde el punto de vista cosmético, esta planta tiene también beneficios, ya que se trata de un ingrediente que está muy presente en tratamientos específicos para pieles sensibles y atópicas, gracias a su poder antiinflamatorio.Por otra parte, una infusión de malvavisco aplicada con una gasa bajo los ojos, ayuda a reducir las bolsas, que tanto entristecen la mirada.
El malvavisco posee efectos similares a los de la malva, de la que ya os hablé en una ocasión, pero éstos son menos intensos. Además, a diferencia del malvavisco, la raíz de la malva carece de propiedades.
