Parece que en los últimos años se ha puesto de moda el Aloe Vera. Pero, ¿y si os digo que esta planta, originaria del Norte y el Este de Africa, ya era conocida hace 4000 años? Cleopatra, Nefertiti, Marco Polo, Alejandro Magno… ya la utilizaban tanto por sus usos medicinales como cosméticos. Es por ello que se la conoce como la “planta de la inmortalidad”. Y no es para menos: calma dolores, cura heridas, tiene acción fungicida, tranquiliza, limpia, revitaliza… 

Existen más de 250 variedades de Aloe, de las cuales sólo 3 o 4 tienen propiedades medicinales. La más potente es la Barbadensis Molinero de Aloe, más conocida como Aloe Vera. Esta variedad es muy rica en vitaminas, minerales, aminoácidos y enzimas.

En cosmética, no pasan desapercibidas sus virtudes. Y es que el Aloe Vera es un potente regenerador celular, tonificante, antirradicales, previene la aparición de estrías, evita erupciones e irritaciones cutáneas (muy recomendado para después de tomar el sol o después de una depilación). Además es un producto que encanta a los hombres, casi siempre reacios a echarse cualquier crema, ya que no es nada graso y calma después del afeitado.

Es importante destacar que el Aloe Vera elimina los depósitos de grasa que obstruyen los poros, lo que la hace ideal para las pieles mixtas y grasas.

Os comento algunas propuestas corporales de Aloe Vera