A estas alturas, no creo que quede nadie que no haya oído hablar del resveratrol. Parece ser que, por fin los científicos han dado con el elixir de la juventud. En los últimos años, este ingrediente natural, que se encuentra en la piel de las uvas rojas, moras, arándanos, ciruelas, frambuesas, etc., ha revolucionado a la comunidad científica, gracias a sus efectos sobre la esperanza de vida.
Después de numerosos estudios, los científicos han conseguido demostrar que esta sustancia, de procedencia vegetal, es milagrosa para tratar el envejecimiento. Estos estudios demuestran que el resveratrol tiene la capacidad de tratar muchas enfermedades crónicas neurodegenerativas, retrasa la alteración de células cancerosas…
Se abre, pues, todo un nuevo mundo de posibilidades para frenar los efectos del paso del tiempo. Ahí van los principales beneficios del resveratrol:
– Rica en antioxidantes.
_ Fortalece el sistema inmunológico.
– Aporta dosis de energía extra. De hecho, muchos deportistas lo usan en su dieta habitual.
– Es un antiinflamatorio natural.
– Revitaliza el metabolismo, reduciendo la grasa corporal.
– Fortalece el sistema inmunológico.
– Tiene propiedades neuroprotectoras.
– Reduce el azúcar en la sangre y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
En cosmética tampoco han pasado desapercibidos los efectos milagrosos del resveratrol, y existen infinidad de tratamientos, para rostro y contorno de ojos, que ya lo incluyen en su fórmula ( yo, en concreto, os he hablado de Resveraderm), para combatir los signos de la edad, ya que se trata de uno de los más potentes antioxidantes que existen. A su vez, también se encuentran en el mercado muchos concentrados nutricionales a base de este milagroso ingrediente(otro día los analizaremos).
¡Menudo palmarés el del resveratrol! Y, siendo así,¿qué hacemos que aún no estamos todos tomando una pastillita (o las que haga falta) de resveratrol al día?