Es curioso. Con el productazo que es el serum Hydrabio – en el cual me centraré otro día, ya que merece capítulo aparte – el resto de productos de la familia hidratante de Bioderma no terminaban de cuajar. Consciente de ello, el laboratorio ha decidido retocar la fórmula, tanto de la Hydrabio Ligera, como de la Hydrabio Rica, que pasan a ser gel-crema, para pieles normales a mixtas, y crema, para pieles secas y muy secas, con unas texturas mucho más sensoriales.
La base, común a toda la línea, sigue siendo el Aquagenium, patente de la casa, asociación de Aquaporinas, extraída de las semillas de la manzana y vitamina PP – o, lo que es lo mismo,Niacinamida, conocida por reforzar la función barrera de la piel – que tiene como objetivo reeducar la piel para que estimule y conserve su propia hidratación. La principal novedad común a estos dos productos es el vehículo utilizado para la penetración de los componentes, la tecnología lamelar, que proporciona una bicapa lipídica , reforzando los lípidos de la barrera de la piel y asegurando una absorción óptima de los activos en las diferentes capas cutáneas. Todo ello proporciona una hidratación mucho más duradera.
En cuanto a los cambios en la formulación, si bien ambos productos siguen conteniendo xilitol y glicerina, éstos han sido retocados, añadiendo ácido salicílico, para una acción alisadora e iluminadora, y vitamina E, con lo cual añaden propiedades antioxidantes a la fórmula.
El gel-crema cuenta ahora con una textura mucho más ligera y fresca que su antecesora, mientras que la crema, que ahora viene presentada en tarrito de 50 ml, en lugar del anterior envase con dosificador de 40 ml, es mucho más jugosa, adaptándose mejor a las necesidades de las pieles más secas.