El aceite de rosa mosqueta sigue ocupando el trono en cuanto a regeneradores dérmicos se trata. Y es que es uno de los productos que nos brinda la naturaleza que mayor interés ha provocado en dermatología y cosmética. La rosa mosqueta es un arbusto silvestre muy espinoso que crece en algunas zonas de Chile y de Perú. El famoso aceite se extrae de su fruto, que está repleto de semillas.Son ácidos grasos esenciales, relacionados con la síntesis de colágeno.
Sus beneficios son asombrosos:
– Regenera los tejidos dañados por quemaduras, peelings, radioterapia, cicatrices……..
– Hidrata y nutre la epidermis, atenuando las arrugas.
– Atenúa visiblemente las estrías, una de las empresas más complicadas de conseguir, así como otras imperfecciones cutáneas.
– Redistribuye la pigmentación, acabando con las manchas.
-Estimula el fibroblasto, responsable de la producción de colágeno y elastina.
En cuanto al modo de aplicación, basta con 2 o 3 gotas directamente sobre la piel o bien podemos enriquecer cualquier crema.
En forma de infusiones, es un excelente reconstituyente de los tejidos y aumenta la resistencia del organismo frente a las enfermedades. Al ser rico en vitamina C, previene gripes y resfriados. Tiene efecto laxante y se utiliza también para deshacer cálculos renales y biliares.