Son de la firma francesa T. LeClerc, línea de cosméticos centenarios, formulados específicamente para pieles sensibles. Tiene verdaderas maravillas, como sus polvos sueltos banana, de los que ya os hablaré en otra ocasión. Lo que me ocupa ahora son sus lápices de ojos. ¿Por qué me gustan? Porque son hipoalergénicos, especialmente formulados para personas con problemas en la zona del contorno del ojo, que se apliquen lo que se apliquen, siempre acaban con esta zona de la piel irritada. Pues bien, los lápices de ojos T. LeClerc , compuestos a base de ceras, no contienen aceites minerales ni derivados de la lanolina. De ahí su alta tolerancia.
Los hay en cuatro tonos, pero yo os he seleccionado el verde esmeralda, el marrón topacio y el azul aguamarina porque me parecen espectaculares, por su textura blanda y su larga duración.
Los tonos son muy bonitos. A mí me encantan para aplicarlos en la línea de las pestañas inferiores, lo que le da al ojo un acabado muy natural.
En esta foto, me he aplicado en la línea de las pestañas inferiores el lápiz marrón topacio. Para resaltar su efecto y agrandar el ojo, un truquito muy efectivo es aplicarse lápiz blanco en la línea interna del párpado inferior.
El lápiz utilizado en esta ocasión es el verde esmeralda, que le aporta mucha luz a un ojo claro, ya sea verde o marrón miel.
Para mi gusto, lo mejor de T. LeClerc son sus texturas, y en lápices de ojos no iba a ser diferente. De precio, rondan los 15 euros, lo cual no está nada mal, si tenemos en cuenta que estamos hablando de la más alta gama en maquillajes tratantes de farmacia.
