GLUCONOLACTONA, RENOVACIÓN DE LAS PIELES SENSIBLES
«1» />Qué duda cabe de las múltiples propiedades de los Alfahidroxiácidos y los Betahidroxiácidos para tratar la piel en múltiples sentidos: renovación celular, luminosidad, arruguitas, firmeza, poros dilatados… Sin embargo, no todas las pieles los toleran, ya que en ocasiones pueden ocasionar irritación, escozor o, incluso hipersensibilidad si se abusa de ellos. Ahí es donde entran en escena los Polihidroxiácidos, ácidos de nueva generación que se obtienen por un proceso de oxidación de la lactosa, dando como resultado un nuevo ácido con propiedades similares a los AHAs – realizan una exfoliación química, facilitan la renovación celular, promueven la mitosis de las células basales, estimulan la síntesis de colágeno y elastina – pero sin sus posibles contras, haciéndolos muy adecuados para pieles sensibles. Esto es debido a su alto peso molecular, lo que produce una penetración mucho más lenta del activo, evitando posibles efectos adversos.
Entre los Polihidroxiácidos os destacaría la Gluconolactona, cada vez más presente en fórmulas dermocosméticas por su alta tolerancia. Obtenido por la oxidación de la glucosa del maíz, este PHA es apto para las pieles más sensibles y es un gran aliado de la piel grasa por su acción seborreguladora y antibacteriana. Digamos que la gluconolactona es un multiusos: unifica el tono, exfolia, mejora la textura cutánea, renueva la capa córnea, desincrusta poros, tiene acción antioxidante, además de poseer propiedades hidratantes y humectantes, por su alta capacidad para retener el agua, gracias a poseer numerosos grupos de hidroxilos. En definitiva, renueva a diario la piel, la exfolia suavemente y mejora la función barrera. Ahí es nada.
La gluconolactona es tan polifacética que podemos encontrarla cada vez más en todo tipo de productos, como tratamientos antiacné, pieles sensibles, tratamientos hidratantes, antiedad … Se puede combinar prácticamente con cualquier activo, actuando en sinergia en numerosos casos, como por ejemplo el retinol.