LA LUZ AZUL. EL NUEVO ENEMIGO SILENCIOSO
¿ Sabíais que el 60% de la población pasa más de seis horas expuesto a un aparato digital? Posiblemente no lo sabíais con exactitud, pero teniendo en cuenta el auge de las nuevas tecnologías os lo podríais imaginar. Lo que posiblemente desconocíais son los efectos adversos de esta exposición tan abusiva a todo tipo de pantallas, tanto para nuestra salud, como para nuestra piel, tal y como muestran numerosos estudios, a pesar de que aún no hay nada concluyente a largo plazo. El nuevo mal del siglo XXl se llama Luz Azul y viene directamente asociado al uso del móvil, tablet, ordenador, televisión…
Si observamos el espectro de la luz, la denominada azul forma parte de la luz visible con la energía más alta- de ahí que se le conozca también con las siglas HEV, Haute Energie Visible.
Esta radiación proviene tanto del sol – única fuente de luz azul en millones de años – como de fuentes artificiales, debido a la iluminación fluorescente y de LED, necesaria para iluminar la mayoría de las pantallas digitales.Esta sobreexposición convierte a la luz azul en un elemento contaminante constante, con efectos adversos a nivel visual – fatiga visual y mental, dolor de cabeza, disminución de la producción de melatonina, hormona del sueño, afectando a los ciclos circadianos.
EL MÓVIL NOS HACE ENVEJECER
Puede sonar a chiste, pero hay bastante de verdad en esta afirmación. La luz azul tiene también efectos negativos a nivel cutáneo. A nivel celular provoca estrés oxidativo. Este estrés conduce a la degradación de algunos antioxidantes presentes en la piel, como los carotenoides, lo que conlleva fotoenvejecimiento. Además, la luz azul provoca daños en el interior de las células, atacando al ADN, causando graves lesiones. A su vez, ralentiza la renovación y la regeneración de la epidermis y altera la barrera cutánea y los fibroblastos, afectando a los tejidos de sostén de una zona ya de por sí muy fragilizada.
Por si fuera poco, la fatiga ocular combinada con los movimientos repetitivos de los párpados puede conllevar un envejecimiento prematuro de la zona del contorno del ojo, agravando bolsas, ojeras y arrugas. Éramos pocos…
Las opsinas son unas proteínas fotorreceptoras, presentes tanto en la retina como en la piel, que absorben la luz azul para asegurar una regeneración celular óptima. Esto, claro está, en caso de una exposición normal a dicha luz. Como veis,nuestros ojos cuentan con cierta protección frente a este tipo de luz. Sin embargo, esta protección resulta insuficiente. Con una exposición tan abusiva a las pantallas como a la que nos vemos sometidos a diario, las opsinas funcionales se ven saturadas y disminuyen.