RECETAS NATURALES DE ACEITES ESENCIALES: TODO UN MUNDO POR EXPLORAR
Me apasiona todo el mundo por explorar que la misma naturaleza nos ofrece a través de sus esencias, con infinitos beneficios para nuestra piel e, incluso, mas allá de la misma, sobrepasando, con creces, el ámbito puramente dermocosmético, con aplicaciones a un nivel mucho más profundo. Y es que, a pesar de que la piel constituye una barrera impenetrable para numerosas sustancias, los aceites esenciales consiguen atravesarla sin dificultad alguna, extrapolando sus propiedades hasta el origen del problema, proporcionando bienestar y salud. Uf, todo el tema de la aromaterapia y sus aplicaciones da para mucho, así que en esta ocasión voy a centrarme en la elaboración de una sencilla receta, con el fin de que, poco a poco, podáis elaborar vuestro propio libro de recetas naturales. Antes de entrar en materia, solamente advertiros de la necesidad de ajustaros a las dosis recomendadas, ya que, a pesar de que dos o tres gotitas de un aceite esencial os pueda parecer una cantidad irrisoria, no debéis subestimar su impresionante poder reactivo. Otra cuestión que debéis tener en cuenta es que, si bien algunos aceites esenciales son una verdadera fuente de juventud para la piel, existen otros que deben ser analizados antes de ser incluidos en cualquier preparado cosmético, ya que algunos pueden resultar irritantes para piel y mucosas, tóxicos o fotosensibilizantes.
Debéis tener en cuenta también el hecho de que los aceites esenciales en estado puro se aplican rara vez directamente sobre la piel. Deben ser diluidos en excipientes adecuados. Aqui es donde entran en escena los aceites vegetales, que actúan de trasnporte de esos principios activos, a la vez que participan activamente en el equilibrio cutáneo, por su contenido en ácidos grasos poliinsaturados, auténticos nutrientes de la piel.