ÁCIDO RETINOICO Y RETINOL, PODEROSA VITAMINA A

Retirides, de OTC. Se trata del ácido retinoico más popular del mercado, aunque no debéis olvidar que se trata de una especialidad y debe utilizarse bajo supervisión de un médico.

Mucho han evolucionado las cremas y los distintos tratamientos antiedad en los últimos años: que si efecto botox, que si cosmética celular… todos con un mismo fin, acabar con los signos del paso del tiempo. Sin embargo, todavía no se ha creado el tratamiento capaz de arrebatarle el trono al ácido retinoico. Y es que, todos los expertos en la piel coinciden en que esta molécula sigue siendo de lo más eficaz para mejorar la calidad de la piel, con el permiso, eso si, de la vitamina C.

El ácido retinoico es una molécula que se obtiene de la vitamina A, que es una sustancia liposoluble, sintetizada en los animales pero que tiene un origen vegetal, ya que proviene del betacaroteno. Viene a ser la forma oxidada de la vitamina A.

En un principio, el ácido retinoico fue utilizado por los dermatólogos para combatir los casos severos de acné, pero enseguida descubrieron  sus poderosos beneficios para tratar el fotoenvejecimiento cutáneo. Así, actualmente casi se utiliza más como tratamiento antiedad. Y no es de extrañar. Echad un ojo a su impresionante curriculum ( y esto solo centrandome en sus propiedades antiedad):

– Mejora la elasticidad de la piel, así como la hidratación.

-Aumenta el grosor de la epidermis.

– Estimula la formación de colágeno.

– Afina la textura de la piel, corrigiendo las irregularidades e imperfecciones.

– Combate el acné no inflamatorio, verrugas planas y milliums.

– Reduce la dilatación de los poros.
– Ayuda a atenuar cicatrices.

– Elimina o aclara las manchas, ya que actúa en el metabolismo de la melanina, mejorando, a su vez, el tono cutáneo.

Pero no todo son ventajas en el uso del ácido retinoico, y es que tiene un inconveniente: es muy irritante y debe ser recomendado por un dermatólogo, que nos aconsejará en el modo de aplicación. Como orientación, os diré que el ácido retinoico debe empezar a utilizarse en concentraciones muy bajas (lo hay al 0,025%, al 0,050 y al 0,1%) y un par de noches por semana durante una hora, aproximadamente, para, progresivamente y en función de nuestra piel, ir aumentando la concentración. Os diré que el ácido retinoico puede provocar enrojecimiento de la piel o cierto picor, lo cual entra dentro de la normalidad. En caso de que veáis que los picores o la irritación van a más, os laváis bien con agua la zona y retiráis el producto.

Algunas personas no toleran muy bien el ácido retinoico, dado su carácter irritante. En estos casos, existe una alternativa menos agresiva, el retinol, del que es pariente cercano, pero sin su terminación ácida.  El retinol es mucho más suave, no necesita prescripción médica – de hecho, en el mercado, todas las marcas comercializan alguna crema con este componente. Un dia de estos os comento – pero, por contra, no es tan efectivo. De hecho, los expertos consideran que la concentración de retinol debe ser muy alta para conseguir ver resultados en el tratamiento del fotoenvejecimiento.

Un punto que debéis tener muy en cuenta, es que los retinoides deben utilizarse de noche, ya que es fotosensible, y durante el día no debemos olvidarnos de aplicarnos un buen protector solar, con el fin de evitar posibles efectos adversos.

Una última recomendación: el uso de ácido retinoico puede descamar ligeramente la piel y es que no podemos olvidar que se trata de un agente muy irritante. Por ello, yo os recomiendo que el día que no toca aplicarlo, compenséis con creces a vuestra piel, con un extra de nutrición.

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