El ser humano, en su eterna búsqueda del elixir de la juventud, da a veces con auténticos tesoros, capaces de hacer mucho para combatir el envejecimiento. Es el caso del Pycnogenol, nombre de la marca registrada del extracto de la corteza de pino marino, que crece en la costa oeste de Francia, y al que muchos expertos consideran uno de los descubrimientos más importantes de los últimos tiempos, desde el punto de vista nutricional.

El Pycnogenol, con componentes químicos muy similares al extracto de semillas de uva, es uno de los antioxidantes más potentes. Según algunos estudios, 50 veces más potente que la vitamina E y 20 veces más que la vitamina C. Muy rico en bioflavonoides naturales, previene el daño oxidativo, fortaleciendo las células, ya que estimula la producción de enzimas antioxidantes en el interior de las mismas.

Antiinflamatorio, anticancerígeno y antimicrobiano, el Pycnogenol es un importante aliado antienvejecimiento, ya que mejora la función de otros antioxidantes esenciales, protegiendo el colágeno y la elastina de su degradación. Además, este componente refuerza los capilares sanguíneos, por lo que ayuda al buen estado del sistema circulatorio, minimiza el riesgo de infarto de miocardio, problemas de hipertensión, e incluso aumenta la resistencia en deportistas. Por mejorar, hay quien asegura que mejora la disfunción eréctil e incluso los efectos del jet-lag.                                           Sin embargo, las personas con problemas de sangrado, o que estén tomando anticoagulantes, deben tener cuidado, si quieren consumir Pycnogenol.