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EL VERDADERO SIGNIFICADO DE “OIL FREE”. SÚPER INTERESANTE

Las personas que tenemos la piel mixta, y no digamos las que la tienen grasa o con tendencia acnéica, huimos de la grasa como de la peste. Solemos poner especial cuidado en que los cosméticos que nos apliquemos contengan la indicación “oil free”, pensando que dicho producto está totalmente libre de aceites. Sin embargo, no es así.

Hasta ahora, siempre habíamos pensado – de hecho, muchos especialistas de la piel así lo creen – que “oil free” significaba que el producto en cuestión no contiene agentes grasos. Pues no es así. Según la legislación vigente con fecha 2/6/2010, un cosmético “oil free” es aquél que no contiene en su fórmula aceites derivados del petróleo, cuyos efectos pueden resultar nocivos para la piel. Los productos derivados del petróleo, como el aceite mineral, la parafina, la vaselina o el glicol propileno, entre otros, proceden del petróleo el cual, tras ser sometido a un proceso de refinado, da lugar a dichas sustancias, no solubles en agua, que crean una barrera lipídica, bloqueando la capacidad de reparación y defensa de la piel, que no respira adecuadamente, bloqueando, a su vez, los poros. ¿Consecuencias? Irritaciones, acné, puntos negros, tirantez… De hecho, estas sustancias envuelven la piel como si estuviera plastificada, dándole una falsa apariencia de hidratación y luminosidad. Y digo falsa porque, una vez se dejan de utilizar, provocan el temido efecto rebote, dando lugar a una piel mucho más estropeada. Y os preguntaréis: ¿Si tan malos son, por qué se utilizan tanto en cosmética? Aquí, como en tantos ámbitos de la vida, prima el interes economico. Los laboratorios cosméticos utilizan sustancias derivadas del petróleo porque son agentes antibacterianos, que mejoran la textura de los productos de un modo muy barato.

LAS PIELES MIXTAS Y GRASAS, SIEMPRE  PRODUCTOS NO COMEDOGÉNICOS

Una vez aclarado el significado del término “oil free” – desde mi punto de vista, la mayoria de los cosmeticos deberÍan serlo – las pieles mixtas, grasas o con tendencia acnéica deben utilizar siempre productos “no comedogénicos”, es decir, que no favorezcan la aparición de puntos negros o comedones. La explicación es muy sencilla: un producto no comedogénico será siempre oil free, ya que no permite en su formulación ingredientes oclusivos. Sin embargo, no todo producto “oil free” es “no comedogénico”, ya que existen aceites libres de derivados del petróleo que sí pueden favorecer la formación de puntos negros o comedones. Y es que no es cuestión de grasa, sino de caracteristicas específicas. Así que ya lo sabéis. Si tenéis la piel mixta, grasa o con imperfecciones, lo que debéis buscar en la literatura del producto en cuestión, es el término “no comedogénico”, que ya implica que nos encontramos ante un cosmético “oil free”.

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COSAS QUE DEBES SABER SOBRE LOS INGREDIENTES COSMETICOS

A la hora de comprar una crema, solemos fijarnos en su efectividad, lógicamente, una textura agradable, un olor agradable… Sin embargo, no solemos pararnos a analizar la composición del producto, con lo cual un producto puede venir precedido de una magnífica campaña de marqueting, con promesas espectaculares sobre sus bondades y, en realidad, podrían estar dándonos gato por liebre.

Sería importante aprender a interpretar los ingredientes de los cosméticos, los cuales se rigen por el INCI, que es la nomenclatura internacional de los ingredientes en cosmética. De nada sirve una fantástica publicidad, plagada de nombres técnicos muy rimbombantes y aparentemente científicos, que te prometen el oro y el moro, si el INCI indica lo contrario.

Para conocer la composición de un producto cosmético, debemos saber que todos los ingredientes utilizados en su fórmula deben aparecer, enumerados en línea descendiente, en función de la cantidad de ingrediente. Es decir, en primer lugar, figurará en el listado la sustancia más abundante en la fórmula y, en último lugar, la que tenga menor cantidad.

En general, debemos huir de fórmulas cosméticas que contengan demasiados agentes químicos engañosos, que aparentemente consiguen resultados espectaculares pero que, a la larga, provocan un efecto rebote, en forma de irritaciones, etc. A modo de ejemplo, os diré que debemos huir de ciertas sustancias decolorantes, que afectan a la pigmentación, aceites minerales, como parafinas y vaselinas, que no son metabolizados por la piel, algunos emulsionantes, como el laurylsulfato, parabenes, formaldehídos, algunas fragancias artificiales, dioxano…

Los productos cosméticos que me inspiran más confianza son los que, en sus primeros puestos, cuentan con bastantes sustancias naturales, así como una lista de ingredientes más bien cortita, sin exceso de extrañas palabras latinas.

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